
Siempre nos han recalcado que usar contraseñas seguras es la clave para proteger nuestras cuentas, pero la realidad es que, aunque sean largas y difíciles, no son un escudo impenetrable.
De hecho, existen formas de robarlas sin necesidad de adivinarlas, y en este breve artículo te contaremos cuáles son y cómo puedes protegerte de la verdad.
Phishing: el método más común para robar contraseñas
El “Phishing” es uno de los ataques más comunes y efectivos, ya que te llega un correo electrónico falso que parece de tu banco, de tu empresa o de una red social.
Uno, de forma inocente, hace clic en el enlace que lo redirige a una web idéntica a la real y, sin darse cuenta, escribe su contraseña.
Por lo tanto, para no caer en estos engaños, deberás desconfiar de los correos que te piden «verificar tu cuenta» o que generan urgencia. Nunca hagas clic en enlaces si no estás seguro; es mejor escribir la dirección web manualmente.
Keyloggers: Espías silenciosos en tu dispositivo
Un “keylogger” es un programa que se instala sin que lo sepas y registra todo lo que escribes en el teclado de tu ordenador, incluyendo tus contraseñas. Por ello, no importa lo seguras que sean, si las tecleas quedan registradas.
Ahora, ¿cómo lo evitamos? Manteniendo el sistema operativo y antivirus siempre actualizado y no instalar programas de fuentes dudosas.
Además de ello, si puedes, activa la autenticación en dos pasos (2FA), ya que de esa forma, aunque te roben la contraseña, necesitarán un paso adicional para entrar.
El gran error de reutilizar contraseñas
Muchas personas no se dan cuenta de lo peligroso que es usar la misma clave para todas las cuentas, ya que si se filtra una contraseña, los hackers pueden probarlas en distintos sitios personales y así robarse toda la información.
¿La solución? Nunca repitas contraseñas, mejor usa un buen gestor de contraseñas como Bitwarden o Proton Pass para tener claves distintas en cada sitio sin volverte loco.
Ingeniería Social: Cuando te engañan a ti, no a la tecnología
Por lo general, un atacante puede hacerse pasar por alguien de soporte técnico o por un conocido. Con la excusa adecuada, te pedirá información privada o directamente tu contraseña.
La clave aquí es ser desconfiado y no compartir nunca contraseñas con nadie, ni por teléfono, ni por mensaje, ni por correo electrónico. Ningún servicio serio te las pedirá.
Malware especializado en robar contraseñas
Existen algunos virus y troyanos que están diseñados específicamente para buscar y copiar las contraseñas que guardas en el navegador o escribes en aplicaciones. A veces ni te das cuenta de que están ahí, porque no hacen nada evidente.
Por eso es importante usar antivirus confiables, mantener el software al día y no descargar nada raro, aunque parezca inofensivo. Y si puedes, evita guardar contraseñas en el navegador: usa un gestor dedicado.
En resumen, contar con una contraseña segura sigue siendo fundamental, pero no es suficiente por sí sola. Por ende, emplea el autenticador de dos pasos o gestores de seguros para estar mejor respaldado.
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(S.M.C)