
Europa vuelve a sus viejas costumbres. Recientemente, anunció una nueva medida que impactará directamente en la venta de miles de dispositivos electrónicos.
¿De qué estamos hablando? De la norma EN 18031, una directiva de ciberseguridad que llega para reemplazar a la antigua RED 2014/53/EU y que, según lo anunciado, será mucho más estricta, afectando principalmente al creciente sector de Internet de las Cosas (IoT).
Desde routers y smartphones hasta reproductores multimedia, streamers o incluso servidores NAS, un amplio abanico de gadgets podría quedar prohibido si no se adapta a las nuevas exigencias.
¿Por qué Europa lanza esta nueva normativa?
La realidad es que dicha teoría detrás de la norma EN 18031 es clara: reducir los ataques digitales, robos, estafas y otros actos delictivos que se aprovechan de la vulnerabilidad de dispositivos IoT poco seguros.
Desde Bruselas han puesto el foco en los fabricantes, quienes tendrán que volver a adaptar sus procesos de producción para cumplir con los nuevos principios de seguridad.
La nueva normativa de ciberseguridad que prohibirá millas de dispositivos en la UE
Esta nueva regulación, que ya entró en vigor el 24 de julio pasado, se centra en tres puntos clave para la comercialización de cualquier dispositivo en el Espacio Económico Europeo (EEE):
- Protección de redes y eficiencia energética: Los equipos no deben dañar las telecomunicaciones y, además, tendrán que ser eficientes en su consumo energético.
- Cumplimiento estricto del GDPR: Todos los aparatos deberán adherirse rigurosamente al Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) para garantizar la privacidad de los usuarios.
- Herramientas contra accesos fraudulentos: Los fabricantes deberán integrar soluciones que prevengan accesos no deseados o fraudulentos, protegiendo así a los usuarios de posibles estafas.
Ten presente que solo aquellos dispositivos que cumplan con estos tres requisitos obtendrán el certificado CE necesario para su venta.
La UE sostiene que la medida es por el crecimiento exponencial del mercado IoT, que ha superado los 600.000 millones de dólares a nivel global, convirtiéndose en un ecosistema cada vez más vulnerable para el usuario final.
De hecho, dispositivos como cámaras de seguridad, aspiradoras inteligentes y equipos de domótica serán los más afectados, aunque la norma abarca a cualquier aparato conectado a Internet.
La UE: ¿Prohibir es más fácil que solucionar?
Sabemos que esta no es la primera vez que Europa toma medidas drásticas en nombre de la regulación. Históricamente, hemos visto prohibiciones de televisores por consumo excesivo en HDR, la eliminación de cadmio en pantallas o la restricción de bombillas para proyectores.
En este caso, la Unión Europea tiende a prohibir en lugar de buscar soluciones que faciliten la adaptación de los fabricantes.
Dicha forma de actuar a menudo resulta en que los ciudadanos europeos acceden a dispositivos capados, más caros y, en muchos casos, con retraso respecto al resto del mundo, cuando los fabricantes no deciden directamente abandonar el mercado europeo.
En conclusión, la esperanza es que, con la normativa EN 18031, los consumidores europeos no salgan nuevamente perjudicados.
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(S.M.C)